7 abr 2011

Escalando

Al sentarme en el mar forrado,
veo la azúl sábana sobre las nubes,
y al saborear el viento embriagado,
salpicas tu alma mientras subes.
Siento como crecen las hiedras,
y cómo huele la dulce verdad,
siento también a veces,
que caigo al vacío en suavidad.

Muchas veces ha pasado
que una mancha en mi mente crece,
cuando me siento en mi alfombrado,
y mi cuerpo desaparece.
Siento que me he enamorado,
pero en realidad me atraparon
con una hermosa luz fluorescente,
y un ardor efervescente.

Creo que por fin ha salido
ese duende que estaba malherido,
y esa sombra que cruzaba
de lado a lado aquella almohada,
esa almohada que yo llamo,
a la que yo llamo mente,
aunque no me hipnotizaba,
atrapaba mi conciente.

Hoy sentado en el mar forrado,
ya no veo la azúl sábana sobre las nubes,
mi viento está aún más embriagado,
y el cielo se nubla mientras subes.

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