Si bien he muerto por dentro,
estoy a punto de cometer una traición,
creí que el mundo era más fácil,
ahora estoy cantando otra canción.
Tengo que desahogarlo contigo,
no hay nadie a quien no me quiera dirigir,
pero sin embargo si el universo se entera,
no sé como podré vivir...
[Slake]
26 jul 2011
14 jul 2011
La coincidencia...
Escuchando aquella canción sobre el hombre en la luna me encontraba no hace mucho, no tardé mucho en caer en cuenta que ella ya no estaba conmigo, que todo lo que habíamos sentido el uno por el otro no era mas que solo otra nube de vapor que se desaparecía incolora en el aire, entonces subí el volumen de la música y no escuché que tocaban fuerte en mi puerta, cuando caí en cuenta fue cuando encontré la carta que habían pasado por la parte de abajo de la puerta, la forma de la escritura era familiar para mí pero era imposible que fuera ella, había desaparecido, probablemente se había casado ya con algún tipo rico y de buen parecer, pero qué equivocado estaba.
Pasaron unas horas y terminé de asimilar que la carta era real, que las únicas personas que conocían los secretos que se mencionaban en la carta éramos ella y yo, y que dentro de un mundo de tamaño inmenso habíamos caído en la misma ciudad por destino o tal vez por coincidencia, cosas en las que yo no creía. Decidí investigar un poco más sobre el origen del escrito que sujetaban mis manos, busqué palabras clave, alguna pista que me indicara dónde podría estar la mujer por la que tanto había luchado, la que tanto había amado, y así pasé unos cuantos días sin rendirme, y al fin, simplemente caí en cuenta que era inútil buscarla. La carta no era nada clara para mí, de hecho, aún no he podido entenderla bien, pero junto con la carta se encontraba una pista muy importante, una pequeña pulsera de oro, tenía unas pequeñas letras grabadas y un olor a mañana de verano, y de repente como un rayo en mi mente, una idea me invadió, ya sabía donde buscarla, ¡Era evidente!. Corrí hacia la cafetería donde la había visto por última vez y mientras recorría las calles en mi mente repasaba una y otra vez sus últimas palabras: "Si bien nunca te voy a poder olvidar, cuando queramos recordar, que éste sea nuestro lugar".
Llegué exhausto a "Café 09" y viendo hacia dentro de la ventana, ahí estaba ella en un vestido corto con estampado de cebra y con la sonrisa más hermosa que hubiera visto en mi vida, entré y sin decir ni una palabra me senté en su mesa, y sonriendo le dije "He esperado éste momento por años, sabía que tarde o temprano iba a pasar" y ella volteando hacia abajo apenada solo movió la cabeza hacia los lados con un gesto que decía "Nunca vas a cambiar".
- ¿Qué has hecho con tu vida?- le pregunté .
Ella contestó: - No mucho, pero ¿Qué te ha traído por aquí tan exaltado?
Saqué la carta de mi bolsillo y se la mostré, y con una risa tímida y subiendo su mano hacia su boca me dijo:
- Yo no escribí ésta carta, y no va dirigida para ti tampoco, al final del escrito dice claramente "Por siempre tuyo", en masculino.
Después de inspeccionar su lógica reí un poco y le pregunté:
- ¿Qué hay de la pulsera de oro?
- Yo tengo la pulsera que me regalaste en mi departamento, ésta ni siquiera se parece.- Respondió.
-¿Entonces tú que haces aquí? ¿Cómo sabías que vendría?- Pregunté desesperado.
Ella inspeccionó mi cara detenidamente y con una sonrisa cálida respondió:
-Yo no lo sabía, pero estaba escrito que así fuera.
Es increíble que aún no creo en las coincidencias, pero aún más increíble es que alguien se haya equivocado de departamento con la carta, ¡Y justo cuando estaba pensando en ella!, también es increíble que la pulsera me la recordara, que no hubiera notado que la carta había sido escrita por un hombre, y aún más que sin siquiera vivir en la misma ciudad, ¡La haya encontrado en el café donde la había visto la última vez que me visitó!
[Slake]
Pasaron unas horas y terminé de asimilar que la carta era real, que las únicas personas que conocían los secretos que se mencionaban en la carta éramos ella y yo, y que dentro de un mundo de tamaño inmenso habíamos caído en la misma ciudad por destino o tal vez por coincidencia, cosas en las que yo no creía. Decidí investigar un poco más sobre el origen del escrito que sujetaban mis manos, busqué palabras clave, alguna pista que me indicara dónde podría estar la mujer por la que tanto había luchado, la que tanto había amado, y así pasé unos cuantos días sin rendirme, y al fin, simplemente caí en cuenta que era inútil buscarla. La carta no era nada clara para mí, de hecho, aún no he podido entenderla bien, pero junto con la carta se encontraba una pista muy importante, una pequeña pulsera de oro, tenía unas pequeñas letras grabadas y un olor a mañana de verano, y de repente como un rayo en mi mente, una idea me invadió, ya sabía donde buscarla, ¡Era evidente!. Corrí hacia la cafetería donde la había visto por última vez y mientras recorría las calles en mi mente repasaba una y otra vez sus últimas palabras: "Si bien nunca te voy a poder olvidar, cuando queramos recordar, que éste sea nuestro lugar".
Llegué exhausto a "Café 09" y viendo hacia dentro de la ventana, ahí estaba ella en un vestido corto con estampado de cebra y con la sonrisa más hermosa que hubiera visto en mi vida, entré y sin decir ni una palabra me senté en su mesa, y sonriendo le dije "He esperado éste momento por años, sabía que tarde o temprano iba a pasar" y ella volteando hacia abajo apenada solo movió la cabeza hacia los lados con un gesto que decía "Nunca vas a cambiar".
- ¿Qué has hecho con tu vida?- le pregunté .
Ella contestó: - No mucho, pero ¿Qué te ha traído por aquí tan exaltado?
Saqué la carta de mi bolsillo y se la mostré, y con una risa tímida y subiendo su mano hacia su boca me dijo:
- Yo no escribí ésta carta, y no va dirigida para ti tampoco, al final del escrito dice claramente "Por siempre tuyo", en masculino.
Después de inspeccionar su lógica reí un poco y le pregunté:
- ¿Qué hay de la pulsera de oro?
- Yo tengo la pulsera que me regalaste en mi departamento, ésta ni siquiera se parece.- Respondió.
-¿Entonces tú que haces aquí? ¿Cómo sabías que vendría?- Pregunté desesperado.
Ella inspeccionó mi cara detenidamente y con una sonrisa cálida respondió:
-Yo no lo sabía, pero estaba escrito que así fuera.
Es increíble que aún no creo en las coincidencias, pero aún más increíble es que alguien se haya equivocado de departamento con la carta, ¡Y justo cuando estaba pensando en ella!, también es increíble que la pulsera me la recordara, que no hubiera notado que la carta había sido escrita por un hombre, y aún más que sin siquiera vivir en la misma ciudad, ¡La haya encontrado en el café donde la había visto la última vez que me visitó!
[Slake]
5 jul 2011
Reír Llorando (Juan de Dios Peza)
Viendo a Garrick, actor de la Inglaterra,
el pueblo al aplaudirlo le decía:
Eres el más gracioso de la tierra y el más feliz.
Y el cómico reía.
Víctimas del spleen los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.
Una vez ante un médico famoso,
llegose un hombre de mirar sombrío:
-Sufro -le dijo- un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte;
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única pasión la de la muerte.
-Viajad y os distaeréis. -Tanto he viajado
-Las lecturas buscad -Tanto he leido-
Que os ame una mujer - ¡Si soy amado!
-Un título adquirid -Noble he nacido.
¿Pobre seréis quizá? -Tengo riquezas
- ¿De lisonjas gustáis ? - ¡Tantas escucho!
-¿Que tenéis de familia?...-Mis tristezas
-¿Vais a los cementerios?... -Mucho, mucho.
¿De vuestra vida actual tenéis testigos?
- Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.
-Me deja- agrega el médico -perplejo
vuestro mal, y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrick podéis curaros.
-¿A Garrick ? -Sí, a Garrick...La más remisa
y austera sociedad lo busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa;
¡tiene una gracia artística asombrosa !
-Y a mí me hará reir?-Ah, sí, os lo juro !;
él, sí, nada más él...Mas qué os inquieta?...
-Así -dijo el enfermo -no me curo:
¡Yo soy Garrick ! Cambiádme la receta.
¡Cúantos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reir como el autor suicida
sin encontrar para su mal remedio!
¡Ay ! ¡ Cuántas veces al reír se llora!..
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro rie!
Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestras plantas pisa
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto;
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.
[Juan de Dios Peza]
el pueblo al aplaudirlo le decía:
Eres el más gracioso de la tierra y el más feliz.
Y el cómico reía.
Víctimas del spleen los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.
Una vez ante un médico famoso,
llegose un hombre de mirar sombrío:
-Sufro -le dijo- un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte;
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única pasión la de la muerte.
-Viajad y os distaeréis. -Tanto he viajado
-Las lecturas buscad -Tanto he leido-
Que os ame una mujer - ¡Si soy amado!
-Un título adquirid -Noble he nacido.
¿Pobre seréis quizá? -Tengo riquezas
- ¿De lisonjas gustáis ? - ¡Tantas escucho!
-¿Que tenéis de familia?...-Mis tristezas
-¿Vais a los cementerios?... -Mucho, mucho.
¿De vuestra vida actual tenéis testigos?
- Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.
-Me deja- agrega el médico -perplejo
vuestro mal, y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrick podéis curaros.
-¿A Garrick ? -Sí, a Garrick...La más remisa
y austera sociedad lo busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa;
¡tiene una gracia artística asombrosa !
-Y a mí me hará reir?-Ah, sí, os lo juro !;
él, sí, nada más él...Mas qué os inquieta?...
-Así -dijo el enfermo -no me curo:
¡Yo soy Garrick ! Cambiádme la receta.
¡Cúantos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reir como el autor suicida
sin encontrar para su mal remedio!
¡Ay ! ¡ Cuántas veces al reír se llora!..
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro rie!
Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestras plantas pisa
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto;
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.
[Juan de Dios Peza]
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